28/12/08

La cena de navidad Guasona

Eran las ocho de la tarde. Hacía frío. Llovía ligeramente. En la parada de bus esperaba aterido el sonido del teléfono que confirmaría que los hermanos más adentrados en Mairena ya estaban a bordo. Sólo tenía un euro en el bolsillo. Espero que alguno de los hermanos lleve suelto. Si no el chófer iba a tener que tirar de calderilla.

Una pareja de jóvenes, muy jóvenes, esperaba también, sentados y en animada conversación. Por mi proverbial discreción no recuerdo nada. El teléfono sonó. El hermano Chincheta me confirmaba que el operativo ya se había iniciado con éxito y relativa puntualidad. La chica sacó un cigarrillo y lo encendió. Le dió una calada y el gusano con ruedas apareció en la rotonda. Resignada, descabezó el pitillo y lo reservó para un mejor momento.

Hay cosas que no cambian con el paso de las generaciones. El autobús siempre tarda en llegar, pero en cuanto enciendes un cigarrillo aparece de la nada.

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Capítulo II


Parto de casa a la hora prevista. Todo es diferente a otros años. Sábado por la noche, lluvia y frío. Llevo ocupada una mano con mi paraguas. No es una situación habitual y la verdad, estamos incómodos los dos.


Con mi gorro de nieve marrón avanzo por la acera a paso ligero. Me aprieta un poco y pienso: desde la última vez que me lo puse algo habrá pasado. ¿Es posible un aumento del Céfalo con el transcurrir del tiempo? Preguntaré a los hermanos Guasones más implicados en estos asuntos por una explicación. Ellos tienen más experiencia en estos fenómenos.


Arribo a la parada a la hora y no hay sorpresas. Sólo, “El Capitán Pescanova” está sólo, pero sereno. Evidentemente, tratándose de estos dos la cosa marcha por su camino. La parada se va llenando poco a poco y en la esquina de la calle un coche oscuro se detiene. Me hace unos “guiños descaraos” pero yo no puedo ver dentro del vehículo. Sombras gigantescas impiden cualquier visión más allá del parabrisas. Demasiada densidad dentro del habitáculo. Arrastrado por su propia gravedad orbito dentro, aún consciente de que esta imprudencia arruinará el plan previsto…


1 comentario:

Hermano Miliki dijo...

Quien escribe y muy a su pesar estaba a la hora señalada en su sitio pasando frio. Loco se retrasaba, como siempre, y los demás igual, como siempre también. En esta ocasión me pude fumar varios cigarrilos, ni ley de Murphy ni ná de ná. Después todo salió bien. Hasta nos encontramos con Falete (sin el novio). Largo ligó con una señora parecida a Carmen Sevilla, por la edad. La abandonó para venir con nosotros y la perdió en la gélida noche sevillana. Los demás a lo nuestro ... cubata por aquí, otro por allí, los con hijos desapareciendo poco a poco y al final los de siempre. No hubo mucho más, pero lo pasamos bien como siempre. El año próxinmo a por otra guasones.