31/12/10

Escenas guasonas del año que se acaba

Como todo el mundo hace balance del año y elige los 10 más o mejores del años, me dije, oye y por qué no lo hacemos también los guasones. Así que me puse a reflexionar mientras dormitaba y se me hizo la luz. Encontré un momento guasón del año que merece la pena de destacar. Es un poco absurdo, quizás por eso lo elegí. Como en todas las guasonerías que se precien, el breve relato que dejo a continuación sólo está al alcance del entendimiento de algunos privilegiados, concretamente los guasones que vivieron la escena. El resto, podrán intuir y si son muy listos adivinar. 

Como mi memoría es flaca, contrapunto de mi delicada figura, algunos detalles no serán absolutamente reales, aunque ya saben ustedes que así son las leyendas, las películas y las religiones. Basadas en hechos reales (o no).

Os voy a contar la leyenda de como los guasones (reconocidos rebuscados catadores) descubrieron al fin el sentido profundo del retrogusto. Pero, mejor volver a los  orígenes para entenderlo todo. Resulta que el debate sobre las deidades guasonas no quedó perfectamente cerrado. No fuímos, siquiera, capaces de decidir si somos una hermadad poiteista o monoteista. El ganso, el pollo, el mogamannte, baco, son candidatos a nuestro panteón. Aquella noche, la de la comprensión del retrogusto, el conocimiento nos entró por vía ... divina, la de San Tobías.

Y hasta puedo desvelar. Los misterios son sólo para los iniciados en los ritos guasones... del retrogusto.