La Guasonería inventan un nuevo concepto: la precata

Siempre preocupados por la creación. Atentos a las nuevas ideas. Los hermanos guasones inventan este 2008 un nuevo concepto, la precata. ¿Qué es la precata? Aún está por definir el termino en toda su extensión. En un primer acercamiento semántico podemos decir que se trata de un reconocimiento previo del lugar elegido para celebrar la cata (tercer fin de semana de noviembre) y determinar sí es del gusto de los guasones.

Lo cierto es que como es tradicional en esta hermandad todos y cada uno de nuestros ritos siguen siempre el camino del fomento de la cultura. Eso es lo que pretendemos también en esta ocasión y parece que la convocatoria ha tenido eco entre nuestros hermanos. La mayoría han confirmado ya su asistencia.

Ahora nos quedan varios asuntos pendientes.

Primero: Hacer frente al pago de la fianza, para lo que el hermano Chincheta indicará en el modo conveniente la fórmula elegida.

Segundo: Repartir de manera lo mas equitativa posible las tareas de intendencias.

Tercero: Que los hermanos no olviden que el evento ha sido denominado la precata, es decir, aprovechemos para aportar cada uno de nosotros un caldo que degustr, que amplié nuestros paladares y que dé contenido a ese vocablo de precata.

Cuarto: No olvidemos el misal de la Guasonería hermanos Abuelo, aunque esta vez sería bueno celebrar la "eucaristía" en horas diurnas, ¿verdad? amados hermanos y hermanas sobre todo.

y Quinto: Terminar de llenar semánticamente el contenido de la precata. A ver que se nos ocurre guasones.

Los guasones también hacen deporte

No sólo nos gusta el vino a los guasones, también somos deportistas. Iba a decir grandes, pero se podría confundir con el tamaño y la verdad que los resultados tampoco son pa tirar cohetes. Pero oye, ahí están los tíos y eso que la carrerita de San Juan tiene guasa, con esa cuesta del Monumento y ese recorrido por el barrio. Os dejó un enlace a los resultados. No os complequeis la vida, buscad al final de la lista. (El hermano Chincheta pondrá alguna fotito del evento)

¡Cuánto nos gusta y qué poco lo conocemos!

Quien ha participado u oído algo sobre las cata guasonas sabe que los hermanos, a pesar de nuestra condición de adoradores de baco, de entenderas enológicas andamos cortitos. Hace tiempo que debimos dar el paso y al fin sucedió. Llegó de la mano de Luis y de Cristóbal que nos ilustraron con su sabiduría en una exquisita noche.

Como es habitual la noche comenzó con los tradicionales equívocos guasones. Error de numeración en la nave del Pisa, atascos varios y retrasos en el inicio. Después de conocer el mapa de las denominaciones de origen (hay más que vinos he probado) comenzó la cata, con pausa, sin prisa, como si fuera un guiño para que los guasones aprendan.

Nada más acertado que la ficha de cata para torpes que recibimos. Lo cierto es que era en exceso compleja. Pero conforme avanzaba la noche la fuimos descifrando. Los olores aparecían, a vainilla, ¿dónde coño está la vainilla Luis? a pimientos verdes, a avecrem, y así algunos más. Colores, transparencias, taninos, asperezas.

Tres vinos, tres denominaciones distintas y apareció el cuarto, el que lo cambió todo. Gustó a casi todos, al Loco nada. El Ostatu digo. Los primeros, dos crianzas y un reserva: Reino de los Mallos (el de la vainilla), Altos de Inurrieta y Manzanque. Cata y selección. Buena selección y buena lección. Algo más sabemos a partir de ahora. Sobre todo, como diría un sabio, que no sabemos na de ná.