8/1/08

El abuelo y su guitarra lamentan la ausencia en el concierto nocturno


Una de las más arraigadas leyendas de la Guasonería habla de la búsqueda del misal guasón. El libro sagrado relata verso a verso los cantes que se debe oficiar durante una reunión guasona, especialmente en la noche previa a la celebración de una Cata.

El misal guasón se utilizó por primera vez durante la noche anterior a la III Edición de la Cata. Fue tal la intensidad y el fervor que los hermanos guasones pusieron en su lectura, (baste recordar la mítica lectura del pasaje denominado Granada, tierra soñada por mi...) que la magia del momento llevó al desvanecimiento del misal.

Los guasones, en misión arriesgada, trataron en vano durante el resto de la Cata, de encontrar el libro mágico. Al parecer, la leyenda dice que el misal estuvo también presente en la IV Cata. Pero nadie lo vió. Algunos hermanos consideran que el Abuelo se ha hecho fuerte y guarda el secreto del paradero del misal guasón. El caso, es que la víspera de la Cata, el Abuelo no estuvo presente en el rito del cante nocturno. Su rostro, deja claro que algo esconde.

6/1/08

Diálogo entre el pié y el pene

Érase una vez un pie que mira para arriba, y ve que el pene lo estaba mirando.
En esto le pregunta el pie al pene:
- ¿Cómo estás?
- Como voy a estar, pues jodido. Colgado cabeza abajo.
Y a ti ¿cómo te trata?
- Excelente. Fíjate que en las mañanas, para que no
toque el suelo frío, me pone unas chancletas. Después,
se baña y me lava muy bien entre todos mis deditos,
luego me seca muy bien, me pone talco, me enfunda y
después me mete en sus zapatos. Luego nos vamos a
caminar todo el día. Por la noche, que todo me duele,
me pone en agua caliente, me da masajes con crema, y me deja
descansar durante toda la noche. ¿Y a ti cómo te trata?
-Conmigo es un hijo de puta, te cuento:
Por las mañanas me cachea varias veces y me dice: 'tú
tranquilito, eh?!?'. Luego me mete todo arrugado en el
calzoncillo y ando con un dolor de cabeza todo el día,
que para qué te cuento.
¡Aah!, pero eso sí, por la noche quiere que
esté bien firme. Pero lo peor de todo es cada vez que vamos a la
cueva, no sabes cómo me jode su indecisión.
- No entiendo, ¿cuál cueva? ¿Qué indecisión?
- Lo que yo te diga... Entro en una cueva oscura, mojada y
resbaladiza, donde apenas quepo; me mete, me saca, me mete,
me saca, me mete, me saca, y así por un rato laaaaargo...
-¿Y entonces qué pasa? -pregunta el pie-
¡¡¡Y qué cojones va a pasar!!!... Obviamente, ¡¡¡me
mareo, vomito y me desmayo!!!

ENVIADO POR EL GRAN HERMANO