Debo reconocer que ya hace algún tiempo venía rumiando, en silencio, está triste situación. Me había dado cuenta, pero quería creer que no era más que una casualidad, una coyuntura. Que no había problema de fondo, una creencía discriminatoria tras la costumbre de las paellas. Ahora ya lo veo claro. El Gobierno me ha terminado de abrir los ojos. ¡Me siento como Puri, la de las croquetas!
La imagen que se da de mi es limitante. Pepote el de la paella, o la paella de Pepote. Debeis saber que Pepote es algo más. Y no me vale la excusa de que es una figura retórica, una manera graciosa de contar las cosas. No. Es una etiqueta y yo siempre le corto las etiquetas a las camisetas. Es que tengo la piel sensible y me irritan.
2 comentarios:
Vaya por Dios. Nos ofendemos con nada. Que si Pepote "el de las paellas", que si Candela "el de las fotos", etc. Vamo a ponenno serio que dirían los yesterdays. Se trata de pasar un rato y cada uno se le conoce por sus actos guasones ... así que nos tenemos que aguantar con lo que nos toca. Aunque nos sintamos o seamos más.
Cada mastil que aguante su vela. Hay otros cuyo designio es huir cual solución aceitosa de toda materia que comience por H2... Se me quedó la etiqueta. Por una vez que maté un gato... "Caaún, es caaún" decía el tonto del pueblo en el duelo de su hermano "normal" cuando la gente le decía que qué pena, que se había muerto el bueno y el tonto seguía en vida. Pos eso, al que le tocó, le tocó. Además, a estas alturas de la vida, con otra cosa sí, pero con las artes culinarias no se juega. Qué viva el Hermano Pepote y sus paellas. Ánimo, compadre, que queda menos para la próxima... Paella. Sin acritud.
Publicar un comentario