Sobre el vino y sus poderes
Ahora que se acerca el tiempo de cata guasona, la IX, con los preparativos ya muy avanzados, es buen momento para dejar una pincelada de la presencia del vino en la literatura. Lo puso en el FB, pero como algunos hermanos guasones aún siguen resistiéndose a los poderes de las redes sociales, os lo dejo aquí para que también seais partícipes:
"(...) De repente, el más anciano de los comensales, el apodado Tintorro, levantó el suyo y comenzó a decir:
- Pocas cosas hay tan valiosas como el vino, pues de noche en invierno
no hay mejor calentador de cama, que cond os jarrillos de éstos que
beba, cuando me quiero acostar, no siento frío en toda la noche. De esto
forro todos mis vestidos cuando viene la Navidad, esto me calienta la
sangre, esto me sostiene continuo en un ser. Esto me hace andar siempre
alegre, esto me mantiene lozano. De esto me vea yo sobrado en casa, que
nunca temeré mal año, que un cortezón de pan ratonado me basta para tres
días, esto quita la tristeza del corazón más que el oro y el coral,
esto da esfuerzo al mozo y al viejo fuerza, pone color al descolorido,
coraje al cobarde, al flojo diligencia, conforta los cerebros, saca el
frío del estómago, quiera el hedor del aliento, hace potentes los fríos,
hace sufrir los afanes de las labranzas a los cansados segadores, hace
sudar toda agua mala, sana el romadizo y el dolor de muelas... y muchas
más propiedades que podría añadir. No tiene sino una tacha: que el bueno
vale caro y el malo hace daño. Así que con lo que sana el hígado
enferma la bolsa".
Luis García Gambrina, El manuscrito de piedra.
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