20/8/11

La historia de un vehículo que perdió las ruedas sin salir de su garaje

¿Quién se iba a imaginar que del lejano Oriente llegaran a nosotros imágenes de hace más de una década? Así ha sucedido, el hermano Josechi, tras una fugaz visita a tierras andaluzas nos remitió a su regreso a la China unas estampas guasonas costumbristas en las que se puede identificar (a duras penas en algunos casos) a alguno de estos individuos perpetrando fechorías. Estas escenas debieron producirse allá por el verano del 98, calculo yo. Alguno de los autores será capaz incluso de aportar una fecha concreta.


El caso es que estos individuos, amparados por la oscuridad de la noche y, como se ve en una de las imágenes, ocultando su rostros tras pañuelos, procedieron a desvalijar las ruedas del vehículo del hermano Pepote, por entoces joven casadero que se enfrentaban a la dura prueba de pasar por una despedida de su soltería a manos de los guasones.

Los detalles de aquel evento, restos de grasas, dificultades para realizar la operación, etc., deberán relatarlos los malhechores. Yo sólo puedo recordar mi sorpresa, indignación y posterior incredulidad, al encontrarme con mi vehículo, un inolvidable Corsa, sin ruedas y sustentado tristemente sobre unas cajas de plástico, que por su forma, no me iban a permitir rodar con la adherencia y la suavidad acostumbrada.
El hermano Pepote, resignado y sin conocer aún la autoría del "robo" se dispone a revisar si al menos le habían dejado la rueda de repuesto.  

Los bandidos celebran su fechoría alborozados.
Tras aclararse las extrañas circunstancias de la desaparición de las cuatro ruedas de un vehículo en su propia plaza de garaje, los guasones, como es tradicional, honraron debidamente la fiesta de guardar juevona.


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